Desde que he empezado a coleccionar juegos de mesa seriamente, he decidido seguir una regla básica, pero a veces se hace difícil.
Un momento, ¿he dicho coleccionar? Ah, si, cierto, pues más que comprar para jugarlos inmediatamente los compro porque me gusta o atrae la temática y el sistema. También lo digo así porque reconozco que va a ser muy difícil jugar a todos los juegos nada más adquirirlos y puede que pasen meses hasta que se repita una partida o incluso se empiece a jugar a algo por primera vez. De todos modos, tan solo hay que tener fe pues a todo le llega su hora y puede que en el día de mañana nos pasemos -aunque sea como jubilados- agradables ratos jugando a estas piezas de cartón y plástico.
Ahora volvamos a la regla. Por mucho que me pese, intento no comprarlos en inglés -si contiene mucho texto. Eso solo reduce las posibilidades de con quien puedes jugar, y es una putada, pues no todo el mundo sabe inglés o está dispuesto a aprenderlo. Por otro lado, con la vil excusa de no comprar juegos en inglés, el conjunto de juegos "incables" -como dice el milenarista- se reduce drásticamente, así como el gasto que vamos a hacer. Otra putada, poco entre lo que elegir -y eso que hay mucho ya.
Pero a veces encuentras cosas irrepetibles que sabes que no van a llegar nunca aquí, y si fuera así pues ¡milagro! Aquí hay una, perfecta para la resaca del Descent. Los héroes han matado a los monstruos, violado a sus monstruas y saqueado sus mazmorras, ahora a gastarlo todo. La premisa de este juego, The Red Dragon Inn, consiste en quedarse el último en pie después de una noche de farra en la posada. Uno de esos juegos que desafía todas las leyes del "no debes gastar".Un momento, ¿he dicho coleccionar? Ah, si, cierto, pues más que comprar para jugarlos inmediatamente los compro porque me gusta o atrae la temática y el sistema. También lo digo así porque reconozco que va a ser muy difícil jugar a todos los juegos nada más adquirirlos y puede que pasen meses hasta que se repita una partida o incluso se empiece a jugar a algo por primera vez. De todos modos, tan solo hay que tener fe pues a todo le llega su hora y puede que en el día de mañana nos pasemos -aunque sea como jubilados- agradables ratos jugando a estas piezas de cartón y plástico.
Ahora volvamos a la regla. Por mucho que me pese, intento no comprarlos en inglés -si contiene mucho texto. Eso solo reduce las posibilidades de con quien puedes jugar, y es una putada, pues no todo el mundo sabe inglés o está dispuesto a aprenderlo. Por otro lado, con la vil excusa de no comprar juegos en inglés, el conjunto de juegos "incables" -como dice el milenarista- se reduce drásticamente, así como el gasto que vamos a hacer. Otra putada, poco entre lo que elegir -y eso que hay mucho ya.
Oh, porqué la vida es tan complicada -perdón por la frivolidad.
7 comentarios:
El problema es que no vols jocs en angles, i este pareix que no esta traduit. Te bona pinta.
He ahí el dilema de violar la norma de no joc en anglés. Ja te dic que no es que no m'agrade l'anglés, es per el be comú i de les butxaques... amén
Llástima que ja el tinga demanat i tot xDDD
Que tio... pues jo si que tinc ganes de jugar, apunta'm a una!!
porqueeeeeeeeeeee perque en angleeeeees
A-D-I-O L-A O-T-T-I-A
Ara va i deixen als animalets mirar les webs en hores de Informàtica.
roberto, eixe joc no es adecuat per a tu....
Qué dius! Si ara els xiquets de tretze anys ja van tot borratxos per el carrer... be, i abans també.
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