domingo, agosto 31, 2008

Leningrad

Gracias a la búsqueda exhaustiva de Stalinister Sinister podéis ver ahora por fin a la gente de "Paparroba" en acción. Se llaman Leningrad y son una voluminosa banda que toca canciones vulgares y soeces, pero como es en ruso no nos enteramos.

sábado, agosto 30, 2008

Perfección

Durante sus clases, el maestro Hatsumi hace hincapié en que no debemos obsesionarnos en hacer que una técnica tenga una forma perfecta -realmente hace hincapié en cientos de cosas, pero hoy me ha dado por mencionar solo esta-. Evidentemente no dice que la perfección sea algo mal, sino que no debemos obsesionarnos con ella. Una técnica hecha "al aire" tiene una forma -conocida como kata en algunas artes marciales- estandarizada y estética que recoge todas las propiedades de su ejecución. A saber, la posición de los pies, el equilibrio, el movimiento que se hace con la cadera y el que te deja hacer -o te lleva a hacer- después... Copiarlo tal cual no resulta fácil pero tampoco es necesario hacerlo al cien por cien -el copiarlo, digo-. Algunas personas son más grandes que otras, tienen los brazos más largos o cortos, pesan más o menos, etcétera... En definitiva, cada persona es un mundo y no todos ejecutarán la técnica del mismo modo. Si a todas las particularidades del individuo que realiza la técnica (tori) le sumamos las de uke (el que ataca) cuando están "trabajando" en pareja -o más (hmmm)-, fijar una técnica estéticamente buscando la perfección de la misma puede resultar nefasto. Me explico, cada persona se mueve de un modo distinto y ataca de un modo distinto -hasta ahí bien, ¿no?-, podemos conocer ese modo o no, pero ligarnos a un tipo de ejecución de una técnica determinada obsesionándonos a la vez con que ésta resulte perfecta puede hacer que la técnica en cuestión no sirva de nada. Lo importante es ir adaptándose a la situación sin aferrarse a nada en concreto pero teniéndolo todo en cuenta. Es algo muy "zen", quizás contradictorio y surrealista, comprometerse con algo sin llegar a comprometerse del todo, estar sin estar, pero al mismo tiempo estando en todo y nada a la vez -ya me rallo-. El caso es que al final se acaba dando a entender que hay que realizar la técnica correcta pero sin forma perpetua inmutable, ha de ser la misma técnica en esencia pero no ha de parecer una técnica. Puestos a comparar sería como la cerámica "zen" japonesa, esas tazas de té que han sido hechas adrede con unas imperfecciones que parecen casuales pero que para nada lo son. Explicándolo puede que uno quede bien, pero verlo en práctica es realmente impresionante, tanto que a veces crees que estás viendo algo falso y preparado de antemano.

Abandonemos ahora el terreno de las artes marciales. Situémonos pues en el mundo real, lejos de dôjos y demás lugares que quizás condicionen de algún modo nuestro comportamiento y manera de pensar para con estas cosas. Yo soy de la idea de que todas las cosas están conectadas de algún modo y que una solución o idea puede ser adaptada para todas -y no me refiero a la expresión "... es como un toro"-. Lo que quiero decir es que eso mismo de no obsesionarse con la perfección al realizar una técnica lo podemos trasladar tranquilamente a la vida del día a día. Vivimos en un mundo que cambia un día tras otro, un mundo en el que la ciencia y la técnica han evolucionado de manera considerable. Estos cambios en realidad no son más que matices, pequeñas cosas que han acarreado grandes repercusiones -buenas y malas-, pero que en definitiva no han alterado la conciencia humana. Los seres humanos seguimos siendo en cierto modo como nuestros antepasados de hace miles de años. A nivel espiritual y social hemos evolucionado en las formas, pero de vez en cuando surge la vena troglodita que todos llevamos dentro y el caciquismo y la incultura causan estragos. En definitiva siempre acabamos repitiendo los mismos errores, de modo distinto quizás, con nuevos matices, pero en esencia es el mismo hilo el que mueve la marioneta humana. Seguro que cuando algo tan extenso e insondable como es lo cíclica que resulta la historia de la humanidad nos lo aplicamos a nosotros mismos, perdón, quiero decir, cuando analizamos nuestra vida desde el mismo punto de vista que analizaríamos la historia, descubrimos que seguimos cometiendo los mismos errores, y que a poco que bajemos la guardia se nos puede ir todo al garete.

Volviendo al tema de las artes marciales, es del todo inevitable que un día nos encontremos en una situación contraria a nosotros y nuestras técnicas, un mal puñetazo recibido, una pérdida de equilibrio, cualquier cosa. Por supuesto lo primero es aceptar que "si estás en el ajo te vas a acabar picando", pero adaptarse a las circunstancias sin obsesionarse porque hayamos perdido la bella fachada que es nuestra técnica ni creernos perfectos o intocables, es -como aquel- un primer pero gran paso hacia la paz interior -perdón, demasiado "espirituoso"-. Es lo mismo que conocerse a uno mismo, puede que no podamos ahorrarnos todos los quebraderos de cabeza pero alguno habrá que dejemos fuera y, de todos modos, al conocernos podremos mantener la calma con más facilidad.

Escribo esto mientras percibo que últimamente gente que me rodea tiene algo que decir sobre como debería ser yo, los principios que debería tener, lo que debería hacer con mi vida... Por lo visto sabrán mejor que yo lo que pienso, si es que lo hago, o tienen información privilegiada de "fracasadossuicidas.org", vaya usted a saber.

De cualquier modo, y siendo friki a pesar de que me fusilen por ello, no digamos la frase de Gaius Baltar: "you are perfect just how you are", porque más de uno se lo podría creer, un problema, oiga.

jueves, agosto 28, 2008

Warzone

Bueno, gente, no estoy muy católico últimamente, pero ahí va eso, a ver que tal.
Se supone que esto es una serie de combates a probar, hechos para revitalizar el Warzone. La zona de despliegue es meramente testimonial, pendiente de cambios, así como todo esto una vez probado.

1- Mishima contra Capitol

La colina de la hamburguesa.

Las tropas de Capitol rodean una colina altamente fortificada que está a mitad camino de las minas de mercurio Venus. El grueso de la tropa capitolina sigue adelante mientras un destacamento se encarga de "limpiar" la colina.

A pesar de que Capitol poseerá más puntos de ejército que Mishima, las particularidades del terreno y los nidos de ametralladoras y morteros deberían mantener equilibrado el juego.

Duración: 6 turnos.

Puntos de victoria: 1 por eliminar una unidad enemiga, 1 por controlar al final de la escaramuza uno de los tres puntos estratégicos de la colina, 1 punto por un acto heroico a convenir entre los jugadores (solo un acto heroico por jugador) -el acto heroico puede ser, un oficial que elimina toda una unidad enemiga, o un único superviviente de una unidad propia que no huye del combate y sobrevive hasta el final de la escaramuza-.

Zona de despliegue: especificada en el mapa, en cualquier caso, Capitol no podrá ser desplegado a menos de 90 centímetros De Mishima.

Reglas especiales: Los sacos terreros del bunker de Mishima les proporcionan una cobertura superior al 70% del cuerpo, esto se resume en una penalización a cualquier disparo que reciban de +2 a la tirada y -2 al daño. Puede ser destruido por explosiones pero no por fuego normal. H5 B30.

Cuerpo a tierra: los soldados pueden gastar una acción para echarse cuerpo a tierra, se levantan con otra acción, esto les otorga un +2 contra cualquier tirada de ataque de armas de fuego que reciban (no cuentan ni misiles, ni lanzallamas, ni escopetas).

Ejercito Capitol: 1006 puntos

Ejercito Mishima: 552 puntos

Ejército Capitol:

Infantería ligera (205)

7 + pesado + Sargento

M50, M13. Pesado con M606 y M13.

Infantería ligera (205)

7 + pesado + Sargento

M50, M13. Pesado con M606 y M13.

Infantería ligera (242)

7 + Sargento

M50 con lanzagranadas, granadas de fragmentación y M13.

Capitán de infantería ligera (83)

DPAT-9, M13.

Infantería pesada (216)

6 + pesado + Sargento

M50, M13. Pesado con M606 y M13.

Capitán de infantería pesada (55)

SR-50, espada punisher.

Ejército Mishima:

Samuráis (142)

4 + Pesado + Líder

Shogun, espadas ceremoniales; el pesado con kensai y espadas ceremoniales.

Samuráis (131)

5 + Líder

Shogun, espadas ceremoniales.

Samuráis (140)

4 + Líder

Shogun con lanzagranadas, granadas de fragmentación, espadas ceremoniales.

Héroe samurai (64)

Con dragonfire y espadas ceremoniales.

Héroe samurai (38)

Shogun con lanzagranadas, granadas de fragmentación y espada violator.

Héroe samurai (37)

Archer y espadas ceremoniales.



jueves, agosto 21, 2008

Spoiler de Anima

Ay, cielos, no puedo aguantarme más, he aquí una imagen del que tendréis que derrotar si queréis que vuestros personajes sigan vivos después de la siguiente partida de Ánima.



Juas juas juas juas

miércoles, agosto 20, 2008

Para que no decaiga el ambiente

Todavía no he ido a ver "el caballero oscuro" y no creo que vaya a verla al cine. Quizás la parte de "todavía" sobraba, pero el caso es que la gente casi da por sentado que tengo que ir a ver esa película al cine porque ha sido catalogada de "obra maestra friki" por críticos ajenos y propios al "comiqueo". No nos engañemos, no voy a reprocharle nada ni a ir, cual "enfant terrible" del friquismo, en contra de la tendencia general simplemente porque "mola" más y te haces de notar más aun. Tampoco voy a culpar a ninguna ficticia falta de oportunidad alegando que no quiero ir solo, pues sé que si quisiera ir a verla en compañía, más de uno levantaría la mano dispuesto a repetir cinta. Sencillamente ahora no me apetece, estoy liado con el tema de una traducción y prefiero invertir mis esfuerzos en sacar adelante eso y otras muchas cosas de lápiz y papel. Tampoco es que de repente haya perdido el gusto por ver películas -que sí que es cierto que ahora veo menos películas y menos series que antes-, y como prueba de ello ahora os comentaré la sensación de la temporada, Mutant Chronicles.

La película en sí no ha sido editada en España todavía pero tampoco es imposible verla. Seguramente llegue directamente a DVD pues no parece tener la calidad que algunos productores requieren para sus salas de proyección. De todos modos, al ver la película, me he encontrado con una cinta sincera, correctamente adaptada -por la parte de que no intenta adaptar en absoluto el juego y han optado por el método "precuela"-, con unos actores más que correctos en su papel incluidas incorporaciones estelares como la de John Malkovich y Ron Perlman -Devon Aoki también podría contar entre las caras conocidas-, y un guión que huye de la tan temida escala de valores del heroísmo yanqui -que tantas películas bélicas ha hecho trizas per se-. La acción sucede sin prisas pero sin pausas, se explica todo de un modo más o menos convincente -sin olvidar que estamos ante una obra de ciencia... ficción- y no se cortan un pelo a la hora de mostrar el horror de la guerra -en miniatura, diría yo, pues el presupuesto no daba para tanto, y eso que tiene bastante-. En definitiva, una película en la que "no queda ni el apuntador", recomendable... si no tienes manías o te impresiona ver sangre.

Otra cosa a comentar es un libro que estoy terminando de leer ahora, mi primer regalo recibido en Sant Jordi (gracies!). Se trata de "Un trabajo muy sucio" de Christopher Moore. El libro en sí nos narra las vicisitudes de un "macho beta" normal y corriente -no lo digo yo, lo dice él- al convertirse en viudo y "mercader de la muerte" (esto es, el encargado de recoger las almas de los muertos para que puedan seguir reencarnándose). Está escrito en clave de humor, un humor muy a lo americano -del que no se corta un pelo y si hace falta pasa por la escatología (suave), sexo (zoofilia incluida) y judíos- que debe de funcionar a las mil maravillas en inglés pero que en castellano cojea un poco (o yo tengo manías). Y no, no es por la traducción, que es muy buena, con notas y aclaraciones incluidas para los no-frikis/neófitos en según que tema. Aunque parezca que lo estoy poniendo a caldo, el libro no está nada mal, sin muchas pretensiones y dispuesto a divertir, tampoco es muy corto teniendo así una evolución lógica y sostenida de sus acontecimientos -nada de escenas falsas y precipitadas-. El humor me chirría un poco, quizás porque ya he leído los de Dresden en ingles y no me hago a la idea de como sonaría y quedaría su "Yeah, baby, [...] Talk to the hand" en castellano. De todos modos, no es un humor soez ni facilón y el autor gusta mucho de burlarse de él mismo y de la humanidad en general a través de los actos de sus personajes -algo que a mí también me va en cuestiones de humor-. No es literatura de primera fila pero tampoco queda del montón. Lo malo de todo esto es que me da la sensación de que yo también podría haber escrito algo como esto, de modo que sintiéndolo casi propio lo critico con más dureza de lo que merece -cabe decir que esta percepción ha mejorado, pues el primer libro que leí en el que sentía lo mismo fue "La leyenda de Huma"... y manda huevos.

En definitiva, dos buenas opciones para pasar un buen rato. No es que sean muy didácticas -el libro sí, el cuestiones de ortografía-, pero entretienen.

Luego leo las criticas a este hombre y sus libros y lo ponen por el cielo, en el olimpo de los literatos, o sea que puede que haya quedado como un pedante diciendo eso de "me da la sensación de que yo también podría haber escrito algo como esto"... Será cuestión de demostrarlo antes de que acabe el año.

lunes, agosto 18, 2008

Estrategia furibunda VS la pasividad del perdedor nato

He probado el Battlelore con un experto estratega, bueno, un wargamer, alguien que está acostumbrado a jugar a juegos de guerra porque son lo que más le pirra desde siempre. Quizás se deje llevar demasiado por las ansias de victoria hasta hacer pensar que tiene mal ganar -y no quiero pensar ni el perder-, pero ha sido una grata experiencia, a pesar de que me ha machacado (dos de dos), como no -ergo, ¿no tan grata quizás?-.

El caso es que a pesar de los dados y las cartas de mando, una partida de Battlelore es como una partida de ajedrez, juego en el que nunca he destacado debido a mi legendario despiste selectivo. Me explico, siempre que juego a algo, o practico AA. MM., se me acaba pasando algo por alto, pequeños o grandes detalles -cosa que inexplicablemente no me ocurre en el trabajo del pan-. En el caso de los juegos -de mesa, aclaremos- es porque no me hago a la idea de estar barruntando todas las posibilidades de mis acciones y me acabo cansando de pensar siempre las mismas opciones -dado que mi cerebro no llega a más que un puñado-, puede que también se deba a que no controlo las reglas al cien por cien, pero la verdad es que eso suena bastante a excusa -como decir que el DOA y los juegos de lucha de videoconsola condicionan mi modo de jugar en mesa tendiendo a ser demasiado instintivo y poco reflexivo, cosa cierta que también es mala excusa.

Veamos, si me pongo a pensar en ello, lo cierto es que no suelo ganar en los "wargames" -ligeritos, por favor-, y eso es un hecho. Ni siquiera en los que yo me sé las reglas y explico un poco a un novato su funcionamiento -que a lo poco me vapulea-. Otra cosa son los llamados "eurogames", que no sé por qué, se me dan mejor -bueno, me imagino que tiene algo que ver con mi mente especulativa, vil y desconfiada, la suerte y la carencia de agresividad directa en algunos-.

En el caso de los wargames -o sucedáneos más sencillos-, no puedo decir que me desagraden. De hecho me gustan, pero sabiendo las reglas que hay que estudiar para jugar a uno de ellos -reglas que, cuando más completas y complejas mayor el grado de estrategia y disfrute del juego, en teoría- me da bastante pereza ponerme al ajo, eso es algo que "per se" no debería ser razón de peso, pero unida a que todos los juegos -buenos, o la mayoría de ellos- suelen estar en inglés -idioma que domino, aunque no sea bajito y se resista- y hace difícil meter a terceras partes en el juego. Otro escollo es la duración de una partida, aunque hay varios juegos como los de Richard Borg (¡quien en sus inicios hizo el "asalto a la ciudadela" de Mutant Chronicles!) que son rápidos, estratégicos y relativamente sencillos. Otra es el precio que pueden llegar a tener en las tiendas especializadas, que es bastante salvaje, pero a su vez es lo que tiene la importación, y siempre quedará la posibilidad comprar por internet a la fuente -tampoco muy barato-. Una parte buena de los wargames temáticos -o sea, los más largos y complejos-, es que ayudan a aprender historia o levantan el interés por ciertos hechos históricos y determinadas épocas -una vez más lo más llamativo suele estás en inglés-. Lo del idioma es bastante determinante en los juegos que funcionan con cartas, no se puede jugar en condiciones según con quién y, para mí, lo más importante de un juego es poder jugarlo con mucha gente -sin necesidad que sean todos a la vez, que de normal ya pierdo-, porque en mi caso yo aprendo más de las personas con las que juego, que del juego en sí -de ahí que no suela ganar, no aprendo mucho acerca del juego-.

Tal y como hablo de mi incapacidad para ganar -a veces, que de vez en cuando gano, bueno, al Battlelines no- parece que me de igual ganar o perder, pero el caso es que no. No es cierto. Cuando sueles perder mucho te vas hundiendo poco a poco y te da la sensación que estás perdiendo el tiempo, te gusta el juego o la actividad en cuestión, pero al no ganar te preguntas si vale la pena seguir pegándote cabezazos contra una pared. Tal vez esa sea la sensación que recibo de mi vida en estos momentos y lo traslade a la sensación que me da perder en algo que me gusta. Pero oye, si dos juegan y solo uno puede ganar, eso pasa. Lo malo es si una hora de partida y diversión se resume en un triste "¿quién ha ganado?" -sobretodo para el que no ha ganado-, frase directamente heredera de "tienes que ser el primero de clase", que algunas abuelas nos decían de niños -creando estrés y frustración, pues como en "Los Inmortales", "sólo puede quedar uno"-. Tampoco ayuda que el que gane agite los brazos en señal de victoria, se levante de la mesa, le de tres vueltas y haga tres cortes de manga a la concurrencia, como si hubieran desafiado su honor y estuvieran en peligro su vida o su virginidad anal en caso de perder. De hecho, me resulta extraño que en algo tan mental y reflexivo se termine liberando un tremendo orgasmo de testosterona. Aunque cierto es que cada cual puede celebrar su efímera y ficticia victoria como bien desee, ahí están las Olimpiadas como muestrario de actitudes. Lo malo es cuando te da la sensación que esa acción trasmite más desprecio por el prójimo que alegría por la victoria propia. Pero de nuevo son percepciones vistas desde el bando perdedor y, por lo tanto, subjetivas.

En definitiva, que me lo paso bien, pero debería jugar más, deshacerme de tabúes idiomáticos, complejos de inferioridad y manías persecutorias, a lo mejor así ganaba más. Para ello estoy desempolvando los libros de Warzone y Chronopia para arreglar unos escenarios de campaña que permitan partidas tan rápidas como las de Battlelore, pero como siempre el tiempo y el capricho son nuestros enemigos y cada vez tenemos menos del primero y más del segundo.

martes, agosto 12, 2008

Valhalla

Hace tiempo que paso cerca del barrio donde antes había una tienda de juegos de mesa y rol que se llamaba Valhalla. Y así, caminado bajo 34 grados a la sombra, me he puesto a hacer memoria de como se llamaba esa tienda de cómics que había cerca de Valhalla y de lo mucho que ha cambiado el panorama de tiendas y librerías especializadas en Valencia.
Para mí, descubrir una tienda como Valhalla me vino algo de rebote, me llevó un amigo, universitario por aquella época (las ventajas de pertenecer a la élite universitaria friki). Aquello era otro mundo, y bajo mi mirada de neófito imberbe era aún más exuberante y extraordinaria de lo que debía ser en realidad. Recuerdo un escaparate cargado de figuritas y un interior repleto de estanterías con libros de rol (y de no rol), juegos de mesa, más figuritas y mesas en las que sentarse a jugar. Algo sucio y algo cutre, pero "glamouroso" para la época y para lo que yo conocía. De hecho, fue ahí donde pillé mi segunda edición de D&D y donde, más adelante, me haría con mis 20 necrófagos de plomo a un módico precio.
Atendía la tienda un señor joven (supongo que no tendría ni la edad que tengo yo ahora, pero bueno, ni yo he sido nunca bueno para medir edades ni él parecía estar en su mejor estado de forma) al que todos llamaban por "Cutu" o "tío Cutu" y que tenía una historia siempre en la recámara, lista para escopetar a un cliente u amigo. Sin ir más lejos, Ed y yo tuvimos que correr desde Valhalla a la estación del Norte para llegar a tiempo de coger el último tren después de haber estado escuchando (yo casi con la boca abierta) toda una andanada de sucesos historias y relatos históricos (uno sobre negros que lucharon en la guerra civil norteamericana bajo la bandera del sur).
Era otro mundo, y las miradas que te lanzaban los parroquianos que estaban allí, apalancados en las "mesas de juego", cuando te veían entrar, eran de órdago. No sé si de aquello hará ya más de 12 años, no estoy seguro.
De lo que sí estoy seguro es que llegué a ese mundillo justo en el punto álgido antes de la caída.
Cerca de Valhalla había una tienda de cómics que abastecía a la gente del barrio, Kripton, creo que se llamaba. Poco después de que cerrara Valhalla, en principio por problemas con la distribuidora Games Workshop, que se negaba a entrarle género si tenía figuritas de otras compañías. Aunque supongo que habría más razones, más pendientes del escaso margen de beneficio que daba tener una tienda así tan lejos del "centro" (donde van los del pueblo). El caso es que Valhalla cerró. Y tiempo después lo hizo Kripton. Cada cual con sus respectivos descuentos de liquidación de los cuales ya dimos cuenta como buenamente pudimos.
Por esa zona solo quedaba el cine ABC Martí, al que de vez en cuando íbamos a ver una de Jackie Chan, pero incluso ese cine es ya historia pasto de las multisalas y las nuevas tecnologías (de los cines).
Pasarían los 90 y atrás quedarían tiendas como Robby, en un callejón que estaba era difícil llamar la atención, o la mítica "Ludómanos". Mucho ha llovido desde entonces y solo "Futurama" (nombre anterior a la serie de Groening) e "Imágenes" (convertida en megacorporación) aguantan donde estaban cuando las dejé.
Por supuesto también hay adalides de la resistencia, como "Cámelot" o "Gotham", pero la edad de oro ya pasó.
Lo que quería decir es simplemente que me he acordado de lo bien que me lo pasé en ese tiempo, a pesar de lo fugaz que fue el instante y de las muchas cosas que me perdí por estar ahí y no en otro lugar. Otro lugar donde, quizás, no pertenecía y me hubiera aburrido como una ostra o un "emo" sin cuchilla de afeitar venas.
Sé que me dejo muchas cosas, tales como "¿dónde estar PC Doctor (o Doctor PC)?". Y algunos kilómetros a pie de pateo por la ciudad en pleno agosto, pero no doy para tanto, oiga.
Gracias a todos, fue divertido.

domingo, agosto 10, 2008

Fin

Se acabaron las vacaciones, hay que ver que rápido pasa el tiempo cuando no haces nada y piensas que quieres hacer muchas cosas.
Supongo que ahora tocaría decir algo al respecto de las pilas cargadas y reemprender viejos proyectos, pero el caso es que sé como va esto y siempre será mejor callar y trabajar, el "ora et labora" monacal.
Hay veces que un buen descanso puede tener el efecto contrario al deseado y nos llegue cansar. Las verdaderas vacaciones comienzan ahora, cuando se ha de luchar por salir adelante en un mundo vuelto del revés que cambia de color según la mirada con que lo vemos. La del tuerto es la peor.

Va por ustedes este grabado de Hokusai.


Por lo menos estas vacaciones me han servido para conocerme un poco más. No está mal, ¿no?

martes, agosto 05, 2008

Prueba superada

El monstruo "Susurros del Alba" ha sido todo un éxito.
Ahora ya preparo unos cuantos más. Pero por desgracia no contemplo nada inferior a nivel 3. Aunque algo raro puede caer.
Si es que los conjuradores son unos sufridores.

lunes, agosto 04, 2008

Un trago

En Hôfu-shi 防府市, Yamaguchi 山口県 (oeste de Honshû 本州), Japón, se celebra por estas fechas el Ôchakai.
Los participantes beben de una taza de te de 57 centímetros de diámetro para la que se han usado una cuchara de remover el te en polvo japonés de 40 centímetros de longitud y una tetera de un metro. La taza en cuestión pesa 10 kilos y se necesitan dos personas para llevarla y dar de beber a los asistentes (como se puede ver en la imagen).
El Ôchakan se celebra en una capilla shintôista Tenmangû (dedicada a Sugawara no Michizane) dentro de la fiesta que conmemora el nacimiento de Sugawara no Michizane, el "Gotanshinsai". Los asistentes a tan peculiar ceremonia del té saborean el matcha (te verde en polvo) mientras rezaban por tener buena salud. Una especie de "comunión" o "comer de ostia" a lo bestia.



Como yo sé que se os da un ardite eso de saber lo de la fiesta y tal, aquí tenéis una foto de la taza en cuestión. Aquí somos tan finos que en verano la llenaríamos de sangría y sería solo para uno... pero me temo que de buena salud nada.

domingo, agosto 03, 2008

El que agarra se convierte en uke

En artes marciales la palabra "uke" se le aplica a la persona que ataca en la ejecución de una técnica -la que al final va a cobrar de lo lindo. El que defiende y realiza la técnica que se practica se llama "tori".

Una vez terminado el curso de verano de Elx, voy a anotar aquí mismo como ejercicio de memoria, un par de conceptos que me gustaría recordar.
El primero es el que viene el título, "el que agarra se convierte en uke". En el arte marcial hace referencia a que uno no debe fijar toda si atención y/o tensión en solo un punto del adversario, pues él puede usar esa misma presión para aplicar una técnica sobre nosotros. Esto quizás debería explicarle largo y tendido con matices, imágenes y, a ser posible, algo de conocimiento marcial por parte del lector, pero tampoco quiero aburriros entrando en detalles a lo Masamune Shirô.
La cuestión es no agarrar, no aferrarse. Y dicho así ya no tiene por qué ser algo físico, de arte marcial. También debe de ser algo psíquico, una actitud vital. No aferrarse a un concepto o una idea con una fuerza tal que nuestros músculos se acaben agarrotando y no podamos reaccionar ante cualquier revés que nos de la vida -cosa asquerosamente común-.
Pero ojo, esto no quiere decir que no nos comprometamos con nada, que seamos, en definitiva, "chaqueteros" o superficiales. Debemos aprender a tocar y agarrar sin agarrar ni aferrarnos a lo que agarramos sin perder el contacto con la realidad de lo que estamos "agarrando". Dicho de este modo parece filosofía barata, y quizás lo sea, pero...

El segundo concepto a recordar es la actitud y mentalidad del ataque. Atacar como si de hecho lo estuviéramos haciendo en realidad, pero será -en el entrenamiento, claro- un ataque en el que no aplicaremos toda la fuerza que podríamos. De modo que en caso de accidente evitaremos lesiones propias o extrañas.
Supongo que fuera del ambiente marcial esto equivaldría a que cuando decidimos que vamos a hacer algo, o el rumbo que tomaremos nuestra vida, etc., nos comprometamos con una actitud seria y decidida a llevara cabo esa "acción", pero que al mismo tiempo no nos dejemos llevar por ella.

Sea como sea, aquí quedan estos dos puntos, "el que agarra se convierte en uke" y "hay que atacar con la cabeza y el corazón".

viernes, agosto 01, 2008

Agosto encarrilado

Ya está aquí, ya llegó, primer plano.
Ante usted, en su hogar, el... agosto.

Hombres bestia, esqueletos, brujos, ferrox y héroes del Descent con capa de imprimación cutre.
Un monstruo creado para Anima y cuatro más en proceso.
Tropas del Battlelore divididas en "fiambreras" para mejor despliegue.

En resumen, nada del todo, pero algo es algo.