La intención del tate-tsuki puede ser doble, proteger como un escudo –tate- y golpear como un directo –tsuki-, o bien atravesar con un ataque directo un escudo.
Yo soy más de proteger que de atacar, pero el caso es que en días como hoy y en el mundo en que vivimos hacen falta los dos.
Estaba yo escribiendo sendas entradas “impublicables” (permítanme la licencia) que simplemente se resumían en una cosa, “hay que ponerse las pilas”. Y claro, ya me gustaría ser como Data, que las tiene duracell y encima el tío no se altera por nada. Pero hay que ver lo difícil que es concentrarse en lo que uno hace cuando a su alrededor parece que la gente esté bailando a lo derviche.
El caso es que cuando vuelvo a casa me abandona la energía, me suben los malos humos a la cabeza y me pierdo en divagaciones absurdas. He ahí lo de ponerse las pilas, que no es que lo diga ahora por primera vez, lo vengo diciendo desde siempre –cielos, me repito, muero de vergüenza.
Pero como ejemplo pondré una parte de 300, película que sólo he visto una vez, en el cine y que como cine en sí no… eh, no, no es cine, es espectáculo. Eso de cuando los espartanos están empujando a los persas hacia un acantilado, a fuerza de macho-macho, escudo en mano y hombro.
Pues nada, yo me veo como uno de los persas, oiga, que me caigo.
De ahí esta acuciante necesidad de ponerse las pilas más que nunca. Estoy que me echan, y solo me veo futuro como vagabundo -a lo Valeria Kandakov en Chernobil- o fiambre -a lo "el Pozo".
3 comentarios:
O como profesor y traductor, trabajo que te iría mejor que el de panadero y en el que podrías irte de Benifa de vez en cuando..
¿Por qué los jueves tengo que sonar tan depresivo?
Será cosa de pa RENFE también...
no mantere de res
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