domingo, julio 13, 2008

お前の魂を破り尽くすと、あの女は言った瞬間に、俺のムネが痛くなった。

Entradas que en su tiempo no vieron la luz y que tienen vista para inminente:

Test 2

Casualities of war

A quién Dios se la de que Askumutarumolam se la bendiga

Mosca

Y esta misma entrada.

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¿Nos condicionamos o nos condicionan?
El experimento de Iván Pávlov con unos canes traería cola y no solo un tema para filosofía. Poco podía esperar este científico ruso que a los "logros" de su experimento se añadiría otro (condicionamiento) más, su hija (si recuerdo bien), recogiendo y cuidando perros abandonados.
Es probable que el condicionamiento mental, lejos de MK-Ultra's y demás frutos de la guerra fría o la teoría de la conspiración, sea algo que sufrimos y provocamos por medio del entorno y nuestras acciones. Dependiendo de nuestras experiencias vitales (y de como somos) podemos abrir o cerrar más ese caparazón que llamamos ego, y nos decantamos por las partes más o menos egoístas (decir más o menos malas sería algo estúpido, quizás) . En algunos casos nos apoyamos en otra persona para decantar nuestro carácter y apoyarnos mutuamente (decir reclinándose el uno sobre el otro me parece bastante acertado porque todo el mundo sabe lo que pasa cuando pone o quita peso de su parte sin pensar en el del lado) de modo que sentimos que en algo estamos cambiando. El tema de si una persona puede cambiar su naturaleza es algo de lo que se ha hablado y discutido mucho entre filósofos, pero para apartarme de tales ejemplos de sabiduría vana citaré dos insulsos, inútiles e irreverentemente frikis. Cap de Pala siempre dijo que NO. Que "genio y figura hasta la sepultura". Y claro, eso atenta contra la bonita idea del libre albedrío y no me gustaba para nada. Quizás sea verdad en cierto modo, pero como las personas somos tan complejas, también se pueden dar los casos de que NO QUERAMOS cambiar o de que sin poder cambiar lo que somos si podamos cambiar la polaridad de nuestras acciones.
En el caso de no querer cambiar, se entiende por el hecho de haber experimentado una vida y haber llegado a la conclusión de que no podemos ser lo que otros-la sociedad-nosotros mismos desearían-iamos que fuéramos-ser. En algunos casos por la simple razón de que no experimentamos la vida del mismo modo haciendo como deberíamos que como creemos que deberíamos. En estos casos también hay quien es capaz de auto-destruirse aún a sabiendas de que lo que hace va en contra de sus intereses y a favor de otros. Extraño.
Lo triste es que con la edad ves que quizás esta teoría del no cambio, y lo que es peor, el agravamiento del ego (la egoización, xD) gana peso con los años por la triste asunción de una frase cosmética: "porque yo lo valgo".
En la segunda parte de ejemplo de cambios y decisiones está un juego extrañamente filosófico, bien hecho y no traducido. El Torment.
Durante el juego (muy de rol él) llegaba un momento en que nos preguntaban ufanamente "¿qué podía cambiar el corazón de un hombre?". Y creo recordar que entre las respuestas se hallaban, "el poder", "el amor" (o puede que "una mujer"), y "nada".
Quizás podríamos hacer un test entre personas de diferente edad haciéndolas responder esa pregunta eligiendo una de las respuestas que te daban en el juego. Nos diría mucho de ellos, incluso de nosotros. Si respondiéramos la misma pregunta cada 10 años de nuestra vida, algunos nos sorprenderíamos de los cambios en nuestra respuestas.

Pero no olvidemos lo del principio, y el título de esta entrada, nos lo hacen a la vez que nos lo hacemos y se lo hacemos a los demás (vaya orgía). Y recordad por siempre las palabras de Dar Valer III: "A la llarga tots tenen lo que es mereixen, Palpatines!".
Ahí es nada.

1 comentario:

Oimado dijo...

Ale, no hace falta que me mandéis, ya me voy yo al infierno.