Cambio de chip chip chip

Hace cosa de mes y medio que cumplí los treinta años, tacos, bonifasios, primaveras, nudos, ciclos vitales, etc...
El caso es que es ahora cuando me estoy dando cuenta de algunos cambios que se apoderan de mi ser. En primer lugar, estoy desarrollando un extraño gusto por la colonia, no, no me la bebo. Es que ante no solía ponerme perfume, pero últimamente, con una botellita de marca pija que me han regalado me pasa lo contrario, cualquier excusa es buena para echarse un poco.
Aún así, hay que decir que huyo de la tecnica "a la francesa" y del ahí va eso, que consiste en tirarse por el cogote medio litro de brebaje.
Otras cosas que poco a poco me suceden son la necesidad de ejercicio, ya no narcisista sino vital, pues me da a mi que sin una rutina de "ponerse en forma" me va a dar un ataque a la mínima de cambio.
Otra cosa rara cuando veo a gente por la tele, presentadores, escritores, gente de relativo éxito o fama, es que pienso: "ottia, soy más viejo que él" o "leches, pero si lo he visto casi toda la vida y solo tiene cinco o seis años más que yo". Hay que decir que esto último puede resultar demoledor en ciertos sujetos anclados a la soltería y al contrato temporal. Pero en fin, es solo algo que nos marca la sociedad.
Y hay más, hay más, pero todavía estoy en pleno proceso de mutación, así que me guardo este as en la manga para cuando me transforme en una mosca gigante que vomita ácido.

Y por cierto, ahí va esto... la pasada noche comimos y brindamos en honor a Cebrián, y a otros tantos cientos de genios olvidados.

El tenpura (o tempura) exige un empastre fuera de lo común, y sus consecuencias pueden ser abrumadoras si no tienes esbirros que te ayuden a limpiar (por suerte, este era el casorrrr!!!)

Otro cambio, ¡me veo el brazo más peludo!