Se
dice que el hidromiel es la bebida fermentada más antigua del mundo. Como su nombre
indica se trata de un brebaje a base de miel y agua. Me gusta como en su libro The
complete guide to making mead Steve Piatz pone como ejemplo el supuesto
descubrimiento de esta bebida en el Paleolítico. Fantasea pensando como uno
cazadores recolectores, quienes todavía no han desarrollado utensilios
adecuados para la extracción o producción de miel, sacaban el mayor partido a los
pedazos de colmena con miel sumergiéndola en agua y limpiando cera y restos de
abejas. Esa agua olvidada se retomaba al día siguiente o a los cuatro o cinco
días para comprobar que había adquirido una serie de propiedades interesantes.
En
mi caso ya sabía de la hidromiel antes de haber escuchado la canción de Tonino Carotone pero ni
la había probado ni me preocupaba no haberlo hecho. Pero el tiempo pasa y un
día pude probarla en una feria gastronómica, la hidromiel Odín para más señas. El caso
es que me gustó pero no era fácil de conseguir y un día me dio el chispazo: ¿por
qué no intento hacer algo de hidromiel? Ya se me podría haber ocurrido esto
hace 16 años…
Así que nada, a informarse. Y esto es lo primero que encontré en los videos de Youtube (no la intentéis hacer, es muy mala):
Para
hidromiel, 500 gramos de miel y 1,5 litros de agua (un litro y medio). Se pone
a calentar el agua en una cazuela y se le añade la miel, se remueve y se retira
la espuma con una espumadera. Hay quien la hierve (100ºC), hay quien la
pasteuriza (65ºC durante 30 minutos al menos). El resultante de esta mezcla de
miel y agua se llama mosto (ooooh), se deja enfriar y se vierte en una botella
de 2 litros. Una vez está esto se le añade levadura (panadera) como 1 gramo, un
pellizquito, vamos, se tapa con un globo que hemos pinchado con un alfiler y se
deja de 2 a 3 semanas.
Una
cosa que se recalca mucho en estos casos es la necesidad de higienizar, desinfectar,
todos los utensilios que vamos a utilizar, normalmente con agua hirviendo o con
un producto especial (o lejía con agua en las proporciones adecuadas). Otro
detalle importante es que se ha de utilizar agua embotellada, la del grifo no
sirve (por lo general).
La
gente que grabó los vídeos sacaba la botella a las 2 o 3 semanas (o puede que
sea 1) y filtraba el contenido a otra botella con la ayuda de un embudo y
algodón. Lo probaban y se chupaban los dedos de lo bueno que decían que estaba.
Metían la botella de 2 días a una semana en la nevera e iban bebiendo. Con lo
que sé ahora calculo que estaba a mitad de la 1ª fermentación y no había podido
desarrollar todo el potencial alcohólico, ahora que cuando lo probé tal cual el
producto sabía mucho a levadura, otra cosa que ya sé por qué pasaba.
El
resumen es que esta receta solo sirve si quieres hacer algo para empezar y
tirar un poco el dinero. El resultado puede ser interesante a nivel alcohólico si
estás pensando en beber líquido de radiador pero creo que nos merecemos algo
más así que mientras preparaba esta receta seguí investigando y llegué a http://stormthecastle.com/mead/fast-cheap-mead-making.htm.
Mientras tanto me puse a buscar
algún libro y encontré el de Ken Schram, The
complete meadmaker: Home Production of Honey Wine from Your First Batch to
Award-Winning Fruit and Herb Variations. No sé si será el mejor que
hay o por lo menos Bueno pero me gustó, sobre todo porque las medidas vienen tanto
en el sistema yanqui como en el europeo.
Esto
es solo la primera entrega de, espero, una larga saga de entrada sobre la
hidromiel. A día de hoy he asimilado ya para qué sirve y cómo usar un
hidrómetro (muy importante) y, si la calor lo permite, empezaré a tontear con
distintos tipos de levadura porque la panadera no es una opción y la que he
estado usando M05 de Mangroove tienda a dejar un producto seco o semiseco y con
gran cantidad de alcohol. En la próxima entrada os hablaré escribiré
sobre la tremenda variedad de hidromieles que hay.