La respuesta está en el espacio y en nuestra propia evolución (o involución) como lectores o personas. Lo que un día nos gustó mucho, hoy puede que no nos haga tanta gracia, pero aferrándonos al recuerdo de lo bien que lo pasamos en ese momentos conservamos ese material en un estante cogiendo polvo (mucho polvo). Cierto es que hay "incunables" del cómic, auténticas obras literarias que hoy en día se cogen como storyboards de pésimas películas (y un trabajo se ahorran). Y hay que aclarar que las bibliotecas, si bien no pueden abarcarlo todo, todavía tienen asignaturas pendientes por lo que respecta al cómic adulto. Quizás la solución de crear una asociación de amigo o una biblioteca entre varios fuera la respuesta a nuestros tormentos cada vez que pensamos en el espacio, pero hay veces que QUEREMOS TENERLO y al más puro estilo Gollum nos los agenciamos cual tesoro. Supongo que eso nos viene por nuestra rama capitalista y la sociedad de consumo, lo cual no quiere decir que no podamos tener una biblioteca "familiar". Pero llega un momento en que los trastos acumulados durante una vida nos comen el espacio para el futuro y hay que tomar decisiones. Lo bonito sería que pudiéramos contar con las/algunas bibliotecas municipales o de barrio donde depositar todo aquello que no podemos guardar más. O en otras palabras, lo bonito sería que todo lo que tenemos, y ya no podemos guardar, se aprovechara. La era digital de los libros se nos echa encima y todo podría cambiar, para bien y para mal. Antaño eran un tesoro y hoy son algo que a veces adquirimos sin reflexionar -y sin tener tiempo para leerlos-.
El cambio es bueno, hay que renovar, perder para apreciar el valor de las cosas. Deberíamos buscar nuevos modos de "reciclar", por mucho que jodan al capitalismo. Con perdón.
2 comentarios:
Es buena idea, pero hay poca gente que quiere compartir indiscriminadamente ya que ha habido inversión en ello y jode que lo hagas tú pero nadie más. Y el concepto de propiedad privada se lleva hasta donde se puede.
Al final no puedes seguir guardando mucho si no tienes espacio para ello, lo malo es que necesitas cada vez más dinero para vivir.
El e-book se presenta como una idea interesante, pero yo todavía me aferro al papel, más que nada porque no necesita pilas, dura más y no va a poder estar tan controlado como la plataforma digital. Sólo con ver lo que hacen Apple y Microsoft con sus aparatos para controlar lo que pasa por ellos ya me hace temblar, una tableta digital sin entrada de USB, parece mentira... y puede que lo sea.
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