La edad aprieta y con ella los primeros accesos de senilidad empiezan a asomarse por la esquina echando furtivas miradas a nuestra psique. Esas manías infantiles y risueñas que teníamos hace unos años, han madurado hasta el punto de convertirse en manías viejas y cascarrabias, manías con derecho a pensión vitalicia y okupas que no están dispuestas a marcharse para nada. Con la edad llega el momento de decidirse por una cosa u otra pues nos damos cuenta de que el paso del tiempo avanza lenta pero inexorablemente. Y en mitad de todo esto una pequeña afición a algo considerado por lo general infantil va madurando y cogiendo cuerpo, no ya como las manías sino como un buen vino.
Hoy me ha dado por hablar de la breve y poco frecuente sensación que da jugar por mero placer. En este caso a juegos de mesa e incluso, rol.
Hace poco pude probar el "Aníbal: Roma contra Cartago" y pese a ser un juego creado hace 20 años, me dejó muy buen sabor de boca. Quizás fuera por la excelente reedición de Valley Games, pero lo que más veo que me gustó fue la mecánica del mismo.
A veces jugamos por mera diversión, otras para ganar -y solo para eso-, otras para estar con más gente y socializar, o por mero frikismo histórico... Pero en otras ocasiones es por el mero placer de comprobar cómo está hecho un juego y analizarlo, averiguar y sopesar la mecánica -esto es, que tipo de pautas sigue el juego para equilibrarse entre los jugadores y darles opciones estratégicas que les permitan ganar... o perder-. Hay que reconocer que la exquisitez del "Aníbal" en este aspecto me sorprendió. No soy muy de wargame, soy lento pensando y despistado, mala combinación. Tampoco me he interesado mucho por jugar a juegos donde se está mucho tiempo frente al tablero. Prefiero jugar con más de 1 persona si es para divertirse, pero últimamente estoy "saboreando" las mieles de juegos estratégicos sencillos -quizá sobre estrategia- y lo cierto es que se goza como un enano. Cuando más cerca -o interesados- estemos de la historia que nos cuenta el juego en cuestión, más lo disfrutaremos, pero cuanto mejor esté hecha la mecánica y mejor lo apreciemos, más exquisito se volverá el juego.
En este aspecto de exquisitez me sorprendieron el "Puerto Rico", "Ciudadelas" y el mencionado "Aníbal...". Pero si pienso un poco, joyas como el "Mall of Horror", a pesar del mal rollito de lo de las votaciones.
Otros wargames, como el Romulan que tengo yo, son como partidas de ajedrez recargadas, lo que da estrategia al asunto es la cantidad de cosas que hay que tener en cuenta cuando se mueve ficha.
No juego mucho, y ahora menos, tampoco es que vaya a tener más tiempo para jugar pero quizás viendo esa exquisitez, los disfrute más.
El Twilight Struggle también pinta exquisito. Slurp.
Algún día en que no tenga sueño ni dislexia de teclado me explayaré en el asunto.
6 comentarios:
No m'atrevixc en el Hannibal pero si arrive a la guerra freda en socials si que jugaria al twilight j o j o
I algo de nazis tambe
Hombre una rata del desirto. Dic ara cuant torne farem una partideta a algo que fa temps que no fem res, aixo si intentare arribar puntual que la ultima vegada segue culpa meva el no poder jugar.
Molt be pasateu de lo mes be en sevilla que hi ha molta festa, muhahaha
loki
A Herodes li se cauria la cara de vergonya de vore lo que es deixa creixer avuí en dia... Recordeu que estem en època de tala de neonatos i primogènits.
Tu tala, que es l'unica opcio.
Per cert, la proxima vegada que quedem juguem al Twilight Struggle, que ara que ja saps les regles has vist que no te complicacio... sols algun mal de cap en les decisions.
Exquisito.
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