Pero fría, fría.
Buenas, ya tengo otro título, pero no para novela, que eso también pero no pienso confesar nada.
Soy una persona sin estudios... pero ya tengo otro título de nivel superior (ahora "avanzado") de la EOI, este año le tocaba el turno al inglés. Al final va a parecer que colecciono titulaciones; en octubre empiezo con algo nuevo.
La vida es extraña, trabajo y al mismo tiempo estoy en paro. No, no incurro en ninguna ilegalidad laboral, trabajo en lo que lo he hecho siempre, con o papeles en regla, pero estoy en paro de lo que empecé a hacer después de sacarme el japonés. Es raro, no era consciente de que me gustara tanto traducir, tanto que cuando el tedio me deja lo hago para mí, para no perder el tranquillo, para sentirme útil.
Escribir en la bitácora también es algo no hacía desde hace tiempo, y no creo que dure mucho, se avecina un duro verano, nos prepararemos para lo peor e intentaremos agarrarnos bien al palo mayor hasta que la tormenta pase.
Tengo ganas de frikear jugando a algún juego de mesa o rol, lo de siempre, pero no encuentro el momento. Paciencia, supongo.
Sin alzar la voz, andar sin parar te puede llevar más lejos que correr alocadamente.
miércoles, junio 24, 2009
martes, junio 23, 2009
Detenerse
Esta es una traducción que he realizado de un fragmento de el libro-compilación de cartas de Takuan Sôhô "La mente sin ataduras".
A falta de pan buenas son tortas.
LA AFLICCIÓN DE MORAR EN LA IGNORANCIA
El término ignorancia significa ausencia de "iluminación". Lo cual equivale a decir engaño ("delusion", alucinación, espejismo, engaño).
Llamamos lugar de morada a aquel lugar donde nuestra mente se detiene.
Se dice que en la práctica del budismo pasamos por cincuenta y dos estados, y dentro de estos estados, el lugar donde nuestra mente se detiene se denomina lugar de morada. Morar significa en este caso detenerse, y ese detenerse hace referencia al hecho de que nuestra mente se haya retenida por cualquier asunto, sin importar el que sea.
Explicándolo en términos de tu propio arte marcial, cuando reparas por primera vez en una espada que va directa hacia ti a cortarte, si tú piensas en encontrarte con esa espada tal y como está, tu mente se detendrá en la espada justo en la posición que mantiene en ese momento, tus propios movimientos se hallarán irrealizados, y, por lo tanto, serás herido por tu oponente. Esto es lo que significa detenerse.
Sin embargo, si tú ves esa espada que se mueve para cortarte, si tu mente no se ve detenida por ella y si te encuentras con el ritmo de esa espada que avanza; si no piensas en golpear a tu oponente y no quedan ni un atisbo de juicios ni pensamientos en tu mente; si en el mismo preciso instante en que reparas en la espada tu mente no se ve detenida por ella y te mueves arrebatando directamente esa espada de las manos de tu oponente; esa espada que iba a cortarte a ti, se convertirá en la tuya, y contrariamente a lo esperado, será la que corte a tu oponente.
A eso lo llamamos en el Zen "Coger la lanza y, contrariamente a lo esperado, atravesar al hombre que venía a herirte con ella". La lanza es un arma. La esencia de todo esto es que la espada que arrebatas a tu oponente se convierte en la espada que lo abate. Eso es lo que en tu estilo denomináis "sin espada (mutô-無刀)".
Si ya sea por el ataque de tu enemigo, o por tu propia acción, o bien por el hombre que te ataca o por la espada que blande, o por tu posición o tu ritmo, si tu mente es distraída de cualquier modo, tus acciones vacilarán, y eso significará que vas a ser abatido.
Si te colocas delante de tu enemigo (si declaras tus intenciones antes que él), tu mente te será arrebatada por él. No deberías poner tu mente dentro de tu ser. Aferrar la mente al cuerpo es algo que solo se hace durante la primera etapa del entrenamiento, cuando uno es un principiante.
La mente nos puede ser arrebatada por la espada. Y si vuelcas tu mente en el ritmo de la contienda, esta puede ser igualmente arrebatada por ello. Si vuelcas tu mente en tu propia espada, también esta te puede ser arrebatada por tu acero. Con tu mente deteniéndose en cualquiera de estos lugares, te conviertes en un cascarón vacío. Estoy seguro de que recordarás situaciones similares tú mismo. Todo esto también puede ser aplicado al budismo.
En el budismo llamamos a cuando la mente se detiene engaño. Es por ello que decimos "la aflicción de morar en la ignorancia".
A falta de pan buenas son tortas.
LA AFLICCIÓN DE MORAR EN LA IGNORANCIA
El término ignorancia significa ausencia de "iluminación". Lo cual equivale a decir engaño ("delusion", alucinación, espejismo, engaño).
Llamamos lugar de morada a aquel lugar donde nuestra mente se detiene.
Se dice que en la práctica del budismo pasamos por cincuenta y dos estados, y dentro de estos estados, el lugar donde nuestra mente se detiene se denomina lugar de morada. Morar significa en este caso detenerse, y ese detenerse hace referencia al hecho de que nuestra mente se haya retenida por cualquier asunto, sin importar el que sea.
Explicándolo en términos de tu propio arte marcial, cuando reparas por primera vez en una espada que va directa hacia ti a cortarte, si tú piensas en encontrarte con esa espada tal y como está, tu mente se detendrá en la espada justo en la posición que mantiene en ese momento, tus propios movimientos se hallarán irrealizados, y, por lo tanto, serás herido por tu oponente. Esto es lo que significa detenerse.
Sin embargo, si tú ves esa espada que se mueve para cortarte, si tu mente no se ve detenida por ella y si te encuentras con el ritmo de esa espada que avanza; si no piensas en golpear a tu oponente y no quedan ni un atisbo de juicios ni pensamientos en tu mente; si en el mismo preciso instante en que reparas en la espada tu mente no se ve detenida por ella y te mueves arrebatando directamente esa espada de las manos de tu oponente; esa espada que iba a cortarte a ti, se convertirá en la tuya, y contrariamente a lo esperado, será la que corte a tu oponente.
A eso lo llamamos en el Zen "Coger la lanza y, contrariamente a lo esperado, atravesar al hombre que venía a herirte con ella". La lanza es un arma. La esencia de todo esto es que la espada que arrebatas a tu oponente se convierte en la espada que lo abate. Eso es lo que en tu estilo denomináis "sin espada (mutô-無刀)".
Si ya sea por el ataque de tu enemigo, o por tu propia acción, o bien por el hombre que te ataca o por la espada que blande, o por tu posición o tu ritmo, si tu mente es distraída de cualquier modo, tus acciones vacilarán, y eso significará que vas a ser abatido.
Si te colocas delante de tu enemigo (si declaras tus intenciones antes que él), tu mente te será arrebatada por él. No deberías poner tu mente dentro de tu ser. Aferrar la mente al cuerpo es algo que solo se hace durante la primera etapa del entrenamiento, cuando uno es un principiante.
La mente nos puede ser arrebatada por la espada. Y si vuelcas tu mente en el ritmo de la contienda, esta puede ser igualmente arrebatada por ello. Si vuelcas tu mente en tu propia espada, también esta te puede ser arrebatada por tu acero. Con tu mente deteniéndose en cualquiera de estos lugares, te conviertes en un cascarón vacío. Estoy seguro de que recordarás situaciones similares tú mismo. Todo esto también puede ser aplicado al budismo.
En el budismo llamamos a cuando la mente se detiene engaño. Es por ello que decimos "la aflicción de morar en la ignorancia".
lunes, junio 22, 2009
¿Muerte definitiva?
¡AGH!
¡GH!
¡GH!
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