martes, marzo 31, 2009

Criticar con desconocimiento de causa

En primer lugar nos sinceraremos, sí, a todos nos gusta hacerlo en cierto modo. Otra cosa es como se nos queda el cuerpo a cada uno después de criticar -no voy a poner otra vez "hacerlo" para no incurrir en términos ambiguos que tiendan a más placenteras actividades-. Tras soltar nuestra particular andanada de críticas y reproches bien nos podemos quedar con un sabor amargo en la boca y un pensamiento subconsciente que nos pregunta qué cojones estamos haciendo, o bien nos corremos de gusto por haber podido descargar toda la metralla que llevábamos acumulada. En cualquier caso, en su casa cada cual que haga lo que quiera. El problema viene cuando la crítica con desconocimiento de causa, el iddle chat, se utiliza en los medios de comunicación, ya sea con o sin mala intención de engañar -o poner de tu parte- al personal.
En este caso, y rehuyendo las críticas a la política que tan variadas son como interesadas, me centro en algo que nos atañe a los "frikis". Por casualidades "piroprácticas" de la vida llega a mis manos el periódico "La Razón" del sábado 7 de marzo del presente año (2009). Allí, en la contraportada está la columna de opinión de la señora Paloma Pedrero, que da la casualidad que en ese número arremete contra los VIDEOJUEGOS.
A los videojuegos se los puede criticar de un sinfín de cosas, desde ser un negocio capitalista con una voracidad insaciable hasta de ser una notable pérdida de tiempo libre. En lo primero ya hay quien lo toma como excusa para piratear, en lo segundo, que cada cual haga con su miembro lo que quiera -mientras no "joda" a segundas ni terceras personas sin consentimiento-.
Pero no, el artículo se basa en una afirmación falaz. Triste pero cierto. La señora Pedrero da comienzo a su enunciado criticando el por qué los videojuegos violentos no llevan una recomendación de edad. Pobre favor le hace a la PEGI (en la wiki) y a los que antes que ellos se dedicaron a asignar una edad a los juegos.
Llegados a este punto seguir criticando su artículo y decir que la responsabilidad última es de los padres -ciegos o ignorantes- que no se fijan en la calificación de edad y no controlan a lo que sus hijos juegan, podría ser algo demagógico, pero a grandes rasgos cierto.
La "industria" -porque lo es- del videojuego y el entretenimiento ha alcanzado las altas cotas del circo romano, sencillamente podemos decir que la gente está muy quemada y quiere cada vez "más".
Desde el artículo, la señora Pedrero dice que por medio de los videojuegos los niños se acostumbran a la violencia y hacen uso de ella sin ser conscientes del daño que causan. Habla de un nuevo tipo de violencia que está surgiendo entre las filas de nuestros infantes. La relación puede existir, pero esto no ha ocurrido tan solo en nuestros tiempos, pues esa violencia de malos tratos entre compañeros de aula o de escuela, esa violencia no es nueva, sino que es la más vieja de todas las violencias y nunca, ni a golpe de ley ni a golpe de mandamiento, será erradicada con éxito si no admitimos primero que forma parte de nosotros. Quizás era eso a lo que llaman pecado capital, y ni ellos mismo lo sepan.

Nota adicional: He buscado el artículo al que hago referencia en internet y he encontrado multitud de críticas de "jugones" al mismo -a parte de enterarme de que la Razón ha retirado el artículo, ver aquí-. En esencia muchas opiniones son iguales a la que denostan, golpes de pecho patrióticos y gritos de "no nos moverán" vacíos de sentimiento real. No nos equivoquemos, el panorama de los videojuegos actual no es ideal, pero si se critica desde un medio de comunicación masivos por alguien a quien se le supone profesionalidad, lo mínimo es exigir que se conozca de un modo mayor al superficial lo que se está criticando. Y si no es así, que se contemple la posibilidad de considerar que existen otros muchos modos de ver una misma cosa. Dos personas pueden estar hablando del átomo, cada uno en sus términos o usando vocablos y referencias distintas en un mismo idioma y no entenderse. Y mira que el átomo es básico.

lunes, marzo 30, 2009

We're in!!!

Siento que cada vez sean más breves y dispersas las entradas de este blog.

Pero antes que nada, vamos con la noticia importante. Las "fallas" han retrasado la llegada de las notas del nôken, pero hoy con nocturnidad y alevosía, han caído finalmente en mis manos. Para los entendidos en la materia diré que ha sido un sobre GRANDE, por lo que me regocijo de ver que por fin tengo el 2 kyû del nihongo nôryoku shiken. Ha sido un camino largo y arduo, pero al final la perseverancia y unas velas puestas a San Sacabó han obrado el milagro. En teoría ahora solo me queda el 1 Kyû, examen para el que me presentaré e inentaré aprobar este año, pero no me hago ilusiones, todavía me queda mucho camino que recorrer.
Ah, nueve años después de sacarme el 3 kyû, con lo que ha llovido, aquí tengo su hermano mayor.


En segundo lugar diré que ya hemos probado el juego de mesa de Galactica. Había oído hablar muy bien de él, así que no me ha sorprendido que me gustara. La sorpresa ha venido de lo dinámico e intenso que puede ser, el tiempo pasa volando mientras juegas. A pesar de lo poco que hemos visto de él siento que es un juego que tiene muchas posibilidades. O al menos eso espero.
Por otra parte, la odisea de aprender a jugar al Battlelore ya ha dejado de ser tal y disfrutamos de alguna partida solitaria de vez en cuando plagada de fobia a los dados y las cartas mal barajadas. Sí, el factor suerte sigue influyendo "mucho" en nuestras partidas de Battlelore, pero esta vez aceptamos las tiradas y los movimientos de las tropas como "riesgos calculados", que suena muy bonito pero va a ser que es un sencillo "a lo hecho, pecho" -sí, ya sé que no es lo mismo, pero en nuestro caso sí-.
Todo muy interesante, aunque llegue con cuentagotas o muchos años después de lo que debiera.

jueves, marzo 12, 2009

Disquiet

Buenos días, rise and shine. Ha pasado tiempo y más cosas de las que se pueden -o deben- contar en una simple entrada de bitácora. Simplemente diré que he ido y he vuelto. No me encontré con ninguna bufanda del Yokohama Marinos, así que lo siento. El "Nishiki"era más grande que la mochila y el tercer dan pesaba bastante en dineros.
Sea como sea, la entrada de hoy va de esa extraña inquietud que sentimos cada vez que terminamos algo. Recientemente he acabado un libro que queda con un final abierto, pero pese a las múltiples tareas que debo o debería afrontar -las cuales algunas se hallan suspendidas y otras en inmerecidas vacaciones parciales-, una vez más me quedo bloqueado y no sigo adelante. Y es que, hay momentos en los que hasta disfrutar de la vida te sabe mal.
Hay veces que sentimos una inquitud al ver que nada de lo que habíamos planeado sigue adelante a pesar de que nuestra vida sí lo haga. Es curioso, todo va viento en popa pero de repente sientes que no es justo, que quizás deberías sufrir más para que todo fuera como va. Te sientes estúpidamente en deuda por algo que, quizás, te has ganado con esfuerzos pasados pero que disfrutas ahora y te sientes inquieto, fuera de lugar.
Como dijo aquel: "es una inquietud que precede a la del alma, pues una vez nos ha atrapado, somos sus esclavos".

Me está costando, como siempre, centrarme en algo concreto pero ya voy calentando motores, a ver si hay suerte y me tenéis por aquí con mayor asiduidad.

PD: Los resultados del nôken están al caer... qué miedo...