La verdad es que eran un atajo de bobadas, lo que escribí, algunas brillantes otras deslucidas, pero eran mis bobadas y quedan como testigo de esa parte mía que pertenece a ese tiempo, a la gente con que lo compartí y a las vivencias que tuve. Supongo que se puede decir que forman parte de mi historia y, como ciertos correos electrónicos humorísticos que mandaba a una lista de correos antes de todo eso del blog, la guardo en un documento para futuras "referencias".
Sin embargo, hoy en día, parte de la inocencia que acompañaba a mis escritos ya quedó atrás y uno se da cuenta realmente (porque saberlo ya lo sabía) de el rastro que vamos dejando en la red. Información, correos, datos personales... Algunos nos volvemos paranoicos y no nos llama la idea de que alguien a quien no conocemos de nada sepa tanto de nosotros. Así que intentamos borrar nuestro rastro de la red.
Como si alguien reparara de la existencia de este blog.
Por eso me hallo en la tesitura de efectuar otro acto catártico, otro borrado, esta vez más preciso que el anterior, que cierre una etapa, que abra otra.
Por un lado la idea me lleva rondando por la cabeza desde que cambié de vida, desde que me mudé... Por otro lado me da lástima, pánico, desprenderme de este viejo amigo que todavía se acuerda de lo bien que lo pasamos, de lo mal que lo pasamos. Son muchos los proyectos abiertos, muchos los abandonados (temporalmente me digo) y muchos los que quedan por llegar. Ahora ocupo mi tiempo y mi mente con cosas que nunca me creí capaz de alcanzar pero guardo un rinconcito para mi viejo yo, para el niño grande, el adulto reflexivo. Quizás esa sea la respuesta, un rincón en internet para mí. Pero, ¿rincón del Oimado? ¿De otro quizás? ¿Un capullo salido del capullo? No sé.
Mucho ha cambiado, gente que se ha ido o sitios a los que no voy, cosas que no hago que nunca en la vida pensé en dejar de hacer (una pausa, me digo, ¿durante cuánto tiempo?). Imposible poder con todo a la vez, pero poco a poco... Sí, puede que sí.
Pero hay cosas que terminé, que conseguí, que tengo, aunque ahora sean como el aire, incorpóreas, insustanciales, invisibles, estás, ¿o no?
Hace casi diez años empecé un blog, divertido, reflexivo, inocente. ¿Quién de los que lo leía entonces lo seguirá leyendo ahora?
Un saludo, y si no os doy un abrazo, un achuchón, sabed que no es por asco, es por recato.